Nuevamente podemos ver cómo la sociedad exige cambios a las Escuelas, en particular, a su forma de transmitir el conocimiento. Desde múltiples ámbitos, y en especial, la neuroeducación (igualmente nada que no se conociera), nos rebela de forma científica y empírica cómo influye las emociones positivas y predisponen cerebralmente al aprendizaje. Apostar al trabajo por proyectos o ámbitos de investigación basados en los intereses del alumnado, es apostar por la seguridad de un aprendizaje verdadero y que realmente motiva al alumnado. Ofrecer un diseño activo de escuela, donde el alumnado pueda moverse en base a sus proyectos e intereses, sin intromisión tan directa y agobiante del docente, es el reto para la escuela actual, qué sinceramente, debe favorecer e incentivar este tipo de prácticas, y de reconocer a quienes trabajan en este sentido (con base científica, social y empresarial) y quienes dinamizan los centros en pro de estas metodologías más respetuosas y atractivas para el alumnado. En el siguiente video, un facultativo sanitario, expone una vez más lo que tanto se ha comentado, y que debe calar en lo más hondo de las escuelas y de los profesionales.
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