Guiar, acompañar, saber disfrutar y ser feliz mientras aprendemos son unas bases imprescindibles para nuestras escuela, esa que durante siglos hizo que las civilizaciones avanzarán, a costa de quienes pretenden su freno por motivos oscuros y negros.
La educación de la niñez, una etapa que jamás volverá a repetirse, debe ser considerada como el mayor tesoro, permitiendo a sus docentes la máxima creatividad, respeto y reconocimiento por su sociedad.
Este año, algo nuevo se cuece en el caldero de la escuela, su sabor siempre directo con el entusiasmo de quienes lo viven y saben transmitirlo a sus aprendices.
Avanti, avanti, por una escuela a la vanguardia con nuestros aprendices como máximos protagonistas.